La Primavera, la Semana Santa y el Sacrificio del Cordero

La Semana Santa es una celebración móvil, ya que está atada al hecho que la pasión de Cristo ocurrió durante la primera luna llena de primavera (en el hemisferio norte).

La raíz etimológica de la primavera proviene del latín y significa “primera parte del verano”, haciendo referencia al inicio del crecimiento de las plantas y flores en el año. Astronómicamente, esta estación del año comienza con el equinoccio de primavera, entre el 20 y el 21 de marzo en el hemisferio norte y entre el 22 y 23 de septiembre en el hemisferio sur y tiene una duración de tres meses. El movimiento de traslación de la Tierra provoca un resultado muy sencillo: amanece cada día más temprano y se hace de noche cada vez más tarde, por lo que los días son más largos y las noches más cortas. Menos oscuridad, menos frío, más luz y más calorcito.

Es de resaltar que la Semana Santa tiene como fecha cumbre el domingo de Pascua o de Resurrección, hecho que hace cumplir la profecía y que marca el hito de la religión cristiana. En conclusión, desde el primer domingo de Pascua los cristianos nos separamos de los judíos.

El tema es que, para los judíos o hebreos, la misma época (la primera luna llena de primavera) es de celebraciones. Ellos le llaman “Pésaj (en hebreo פֶּסַח, ‘salto’)”, que es una festividad judía que conmemora la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto. El pueblo hebreo ve el relato de la salida de Egipto como el hito que marca la conciencia de los descendientes de Jacob, con su identidad entendida en términos de nación libre y provista de una Ley. También se la llama Pascua judía o Pascua hebrea (para distinguirla de la Pascua de Resurrección celebrada por el cristianismo).

La festividad es uno de los tres Shalosh Regalim (Fiestas de Peregrinaje) del judaísmo, ya que durante la época en que el Templo de Jerusalén existía, se acostumbraba a peregrinar al mismo y realizar ofrendas.

La festividad comienza en el día 15 del mes hebreo de Nisán, y dura siete días y durante la misma está prohibida la ingestión de alimentos derivados de cereales (trigo, cebada, centeno, avena y otros) fermentados. En su lugar, durante la festividad se acostumbra comer matzá (מצה), o pan ácimo. Según la tradición, el pueblo judío salió de Egipto con mucha prisa y sin tiempo de prepararse, por lo que no hubo tiempo para dejar leudar el pan para el camino, dando origen a la tradición.

La festividad también recibe el nombre de Fiesta de la Primavera, ya que en el hemisferio norte marca el inicio de dicha estación.

La festividad generalmente cae en el mes de abril del calendario gregoriano. Pésaj es la festividad de la primavera, por lo que el 15 de Nisan comienza en la noche de luna llena después del equinoccio invernal.

Estudiando las costumbres hebreas, resulta que El 10 de Nisan se apartaba un cordero o cabra sin manchas, que serviría como sacrificio pascual, el cual era sacrificado al final del crepúsculo del 14 de Nisan en preparación para el 15, día en que sería comido después de ser asado, sin remover sus órganos internos, y acompañado de matzá (pan ácimo o sin leudar) y hierbas amargas, llamadas maror. Lo que no fuera comido hasta la salida del sol del día 15 deberá ser quemado. El sacrificio deberá ser realizado solo en un lugar específico designado por Dios (para el judaísmo en Jerusalén, para los Samaritanos, en el Monte de Grizim).

Esto último es lo que diferencia a cristianos de judíos; ellos siguen la tradición del sacrificio del cordero (nacido de lo que Dios le dispuso a Abraham después que demostró que sacrificaría a su hijo Isaac si él se lo pedía) y los cristianos practicamos el sacrificio de aquel que dijo: “yo soy el cordero de Dios; aquel que quita los pecados del mundo”.

El sacrificio de corderos jugaba un papel muy importante en la vida religiosa judía y su sistema sacrificial. Cuando Juan el Bautista se refirió a Jesús como “El Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”, los judíos que lo oyeron pudieron haber pensado inmediatamente en cualquiera de los muchos sacrificios importantes. Habiendo celebrado hasta entonces la fiesta de la Pascua cada año, el primer pensamiento pudo haber sido el sacrificio del Cordero de la Pascua. La fiesta de la Pascua era una de las principales fiestas judías y una celebración en recuerdo de cuando Dios liberó a los israelitas de la esclavitud en Egipto. De hecho, el matar al Cordero de la Pascua y aplicar su sangre en los postes de las puertas de las casas, para lograr que el ángel de la muerte pasara de largo ante aquella gente “cubierta por la sangre” es un hermoso cuadro de la obra expiatoria de Cristo en la cruz.

Otro importante sacrificio que incluía corderos era los sacrificios diarios en el Templo de Jerusalén. Cada mañana y tarde, en el Templo, era sacrificado un cordero, por los pecados del pueblo, la hora de la muerte de Jesús, en la cruz, corresponde a la misma hora cuando se llevaba a cabo el sacrificio de la tarde en el Templo. Los judíos de ese tiempo, también estarían familiarizados con los profetas Jeremías e Isaías del Antiguo Testamento, cuyas profecías anticipaban la venida de Aquel que sería traído “…como cordero inocente que llevan a degollar…” y cuyos sufrimientos y sacrificio proveería la redención para Israel.

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